top of page
  • Black Facebook Icon
  • Black LinkedIn Icon
  • Black Twitter Icon
  • Black Pinterest Icon

¿Te has sentido solo alguna vez?

  • Foto del escritor: Laura
    Laura
  • 3 jul 2020
  • 3 Min. de lectura



Tema recurrente en mis procesos de coaching. La soledad es algo que todos hemos experimentado y quien más y quien menos, se ha visto enredado en ese sentimiento que te ahoga. Ya he escrito sobre este tema, pero me quedo corta si digo que la soledad es el mayor miedo que nos persigue a todos. Veamos que más se puede aprender.


Nos sentimos solos desde el momento que decidimos no habitarnos y poner el foco en el otro. Le damos a los demás la gran responsabilidad y tortura de sostenernos, de hacernos felices. Y es entonces cuando nuestro estado emocional depende de un hilo.


Estamos tristes si esa persona no aparece o si no encajamos en un grupo de amigos. La soledad te invade si nadie te cuida o atiende tus necesidades. Si tus padres no te entienden o no te saben ver.


El dolor es intenso, tanto que parece que un pellizco te agarra el corazón y aprieta. En ese momento que la soledad recorre tus venas, nada de lo que tienes te consuela, nada es suficiente. Solo vamos en busca de algún héroe, que te saque del vacío, y esas personas nunca están cuando las necesitas, o eso crees.


Aparecen entonces voces que te cuestionan si algo no anda bien en ti, si eres digno de amor o tu juez te avasalla a preguntas de insuficiencia, a las cuales tu mente siempre escoge la peor respuesta. Que duro es ver que no hay nadie más cruel que tú.


Siento decir que no hay pastilla milagrosa para esto, que la soledad se difumina cuando te dedicas mucho tiempo, se trata de un camino constante y largo y que, al primer despiste, volvemos a caer en el hoyo. Pero tengo una buena noticia, y es que haberte perdido en ese dolor puede ser lo mejor que te ha pasado en la vida, pues la sensación de volver a ti es indescriptible. La intensidad va en augmento, según avances. Solo si estas dispuesto a ver.


No puedo resolver la ecuación en tan solo un texto, pero si que puedo aportar pinceladas de como es dejar la soledad atrás.


Primera regla:


Nadie tiene la capacidad de hacerte feliz, nadie. Solo tú. Cuando sientas ese vacío, empieza a conectar con esas cosas que te hacen sentir bien y hazlas, sin escusas.


Tú primero, SIEMPRE. A todos nos han metido en la cabeza que priorizarte es egoísta, y cuanto nos estamos perdiendo por tener esta maldita creencia. Cuando empiezas a mirar lo que te hace bien a ti y dejar de lado lo que pensarán los demás, sin culpas, tu radio de felicidad se expande. Y no puede haber nada de malo en irradiar felicidad, pues los que te rodean se contagiaran de esa energía y tu trocito de mundo será un poquito mejor, SIEMPRE.


Sé tu propia mami, aquella que te cuida, que te pregunta, que te mima. Aquella que te prepara esa comida tan rica o que te abraza. Sé aquella madre que te gustaría que fuesen contigo. Atiende tus necesidades como si de una niña pequeña se tratara que fueses. Respétala.


Haz aquello que no te atrevas sola, porque cuando lo hagas, tu satisfacción se multiplicara por números infinitos. Así de sencillo. Coge el coche y ve a la playa a leer. Siéntate en la terraza de un bar. Prepárate planazos que no puedes resistirte a ir contigo misma.


Deja de mendigar a los demás el amor que no te das a ti misma. Se honesta contigo, admite lo poco que estas haciendo por ti en el momento que sientes la soledad. Y desde ahí, empieza a darte placeres y respeto. Prepara espacios para estar contigo y atraviesa la vergüenza y la ridiculez de verte sola, haciendo lo que te gusta.

No esperes a que nadie venga a salvarte, porque, aunque tuvieses al mismísimo príncipe azul al lado, no lo verías. No es cuestión de la gente que te rodea. Incluso estando en pareja se puede sentir la soledad. Elige quedar con quien te haga sentir bien, donde puedes ser tú.


Apréndete, investígate, como si fueras la materia del cole que más te gusta. Despierta la curiosidad sobre ti. Cuestiona todo aquello que te paraliza y escucha lo que te mueve. Ahí esta la clave.


No hay nada malo en ti. Simplemente no te has dado cuenta todavía que tú eres lo más importante de tu vida.


Acompáñate siempre.

 
 
 

Comments


bottom of page