Mis síntomas del COVID-19 (3). Lo importante.

Me estoy dando cuenta de lo importante. Me estoy dando cuenta de las cosas que creía existenciales y no lo son. Me estoy dando cuenta que en mi mente ocupaban espacio y tiempo preocupaciones que ahora se han disuelto, o han explotado, como una pompa de jabón.

Recuerdo, tan solo hace unas semanas, que existía una rayada monumental sobre cuando irme de viaje, me quitaba el sueño decidir si debería irme en abril o en junio, si quería ir sola o no. Pues bien, amigos, abril está aquí, y la decisión está tomada. La han tomado por mí.

A esto de los viajes se le suman las expectativas. Viajes con los que soñaba alcanzar antes de que se terminara el año. Por varias razones, no era mi momento, pero mi ego seguía presionando para que así fuese, porque así debía ser. Pues bien, ya han tomado la decisión por mí.

¿Me voy a vivir a una casa que tenga más luz? La decisión está tomada. Te quedas en la casa que te ha tocado vivir esta situación y aprendes a crear tu hogar, a disfrutar de ella con todo y a darte cuenta que lo importarte no es la iluminación de la casa, sino la que hay en ti.

Debate sobre el dinero, como haría el reparto de mi sueldo, ¿qué era lo prioritario? Pues ahora que han decidido por mí, me he dado cuenta que lo importante es nutrirte y nada más.

Y así, un sinfín de tortuosos quebraderos de cabeza en los que se me iba la energía y la felicidad. Y ahora, me lo han quitado de golpe, de un plumazo, para que no me tenga que preocupar.

Y no sabéis como sienta eso. Alivia, relaja, descansa. Esa sensación de ligereza que agudiza el concepto de que todo eso son complementos de tu vida, que adornan a la vez que pesan. Bien si los tienes, bien si no los tienes, así debería ser.

Aprendamos de esto, veamos como un regalo que han decidido por nosotros para que no nos tengamos que preocupar por idioteces varias. Centrémonos en lo importante.

Lo importante eres tú, tus relaciones, tus cuidados, tu hogar, tus proyectos, tus ilusiones, tus sentimientos.

Lo importante es el Sol, el silencio, las palabras, los sonidos que antes no oías, la claridad, lo oscuro. Lo importante es la brisa, las risas, las lágrimas, los abrazos. Las letras, los colores, los olores y las flores. La cocina, la comida, los amigos con vino, el gusto, las caricias, el orgasmo, jugar. Lo importante es tu cuerpo, tu templo, tu salud, tus momentos. Lo importante es quererte, respetarte y defenderte.

Lo importante es la vida, este momento, el presente.

Lo importantes es respirar.

Aprovechemos para darnos cuenta que lo que no se echa de menos no hace falta que vuelva.

Aprendamos a vivir lo importante.