¿A que rebaño perteneces?
- Laura
- 17 may 2020
- 2 Min. de lectura
Siento como el éxito social ha condicionado mis pasos, mis ritmos, mi felicidad. Me ha llenado de frustraciones durante todo mi camino por todo lo que “debería ser” y no ha sido.
¿Cuándo debería haber alcanzado la estabilidad? ¿A qué ritmo tengo que evolucionar mi negocio? ¿Cuántos ceros tienen que haber en mi cuenta? ¿Cuánto viajes tengo que hacer antes de los treinta? ¿Cómo puede ser que no tenga pareja?
Me he esforzado al máximo para no pertenecer al grupo de ovejas que sigue al pastor, a forjarme mi propio destino y no entrar en la queja. Pero me doy cuenta que incluso si te sales, vuelves a pertenecer a otro rebaño, disfrazado de otra piel, pero sometida a reglas invisibles que hacen que tu libertad se vea encadenada.
Antes, el éxito social era conseguir un buen trabajo estable a la vez que aburrido pero que pague la hipoteca y el coche hasta el fin de tus tiempos. Encontrar una pareja, casarte y tener hijos, y así… esperando a que llegue el día de la jubilación donde anhelas con esperanza buena salud y que la relación con tu pareja no se haya marchitado para poder hacer alguno de esos viajes soñados. Este es un rebaño.
Ahora, todo eso acabó, la nueva generación apuesta por emprender, o encontrar un trabajo donde desate su pasión. Pero hemos cambiado la pareja por viajes, la familia por la independencia y ser responsables de tu propio destino habiendo alcanzado un número de seguidores concreto en Instagram para que nos reconozcan. Este es otro rebaño.
Yo me encuentro en el rebaño del marketing digital, donde de mis nociones de influencia depende un plato en la mesa. Me genera entusiasmo, delirios de grandeza. Me genera rechazo, y miedo. Me genera ilusión y confianza. Estoy dividida en dos. Me hace cuestionar si esto es, en realidad, mi propio camino.
Tengo que dar los 20 pasos hacia el éxito digital y entonces tendré todo lo que siempre he querido: libertad de movilidad y financiera. Pero me da miedo de que se trate de una utopía, que una vez dentro del carril me vea inmersa en un bucle imparable de trabajo, esclava de mis propios sueños. Sin poder sentir lo que escribo, sin poder crear verdad. Verme detrás de una marca donde pierda naturalidad. Otro rebaño de ovejas.
Siento que no hay escapatoria, que alguno tienes que elegir. Pero a veces, vislumbro un atisbo de originalidad. Con eso me basta para seguir creando.
Ya están todas las vidas elegidas, todas las vidas expuestas a likes. Mi oportunidad de dejar mi esencia depende de cuanto me quiera escuchar.
No caigamos en la trampa. La trampa de seguir ciertos patrones establecidos que se van forjando a medida que avanza la sociedad. La trampa de cuando te piensas que estas siendo libre, también estas atado a normas imperceptibles. El fracaso tocará a tu puerta si no las sigues.
Me veréis cayendo en ellas, esperando que no sea demasiado tarde para escapar. Aprovecharé la lana que me brinda cada rebaño para crear así mi realidad.
No castigo nada, todas me parecen buenas vidas, pero que sea la que tú quieres de verdad.

Comments